Reflexiona, dedica tiempo a “dejar ir”, a aceptar lo que no pudo ser y no se olvidó. Vacía tus cargas y deja hueco para lo nuevo que está por llegar. El pasado es historia, sirve para tomar aprendizaje, pero jamás dejes que te estanque, porque el “ahora” no tiene nada que ver con el “ayer”.
Las personas cambian, evolucionan, aprenden de los errores y cada tiempo nuevo que tienes por delante, es una oportunidad para el desarrollo, para ser quien quieras ser y no necesariamente quien fuiste ayer