Vallejo ha dado en el clavo, sus platos embrujan a un paladar forastero como el mío, pero además tienen la verdadera magia de evocar en mi amiga los sabores y los aromas de los platos de su infancia. Cuando llega el huauzontle su reacción es inmediata: aunque con una estética y presentación sofisticada, reconoce enseguida uno de los platos típicos que le preparaba su madre de pequeña. Aunque muy diferente, los sabores directos, claros, auténticos, están allí y hacen volar su fantasía conectando el presente con la memoria al pa